MARINA DEL LIBRO

Shaima o el fascismo antimusulman

Cuando era estudiante, a mi instituto acudían dos monjitas que, por cierto, llevaban el hábito lleno de chuletas. Y a nadie se le ocurrió que el hábito fuera "discriminatorio". Tampoco se le ocurre a nadie que sea "discriminatorio" que bandadas de cenutrios y centutrias acudan a los colegios y a los institutos enseñando medio trasero, y eso que es evidente que en el futuro tendremos que costear con nuestros impuestos más de una diálisis, por esa necedad de pasar el invierno con los riñones al aire. Y eso sin contar con el botellón.Entonces llega una niña buena de otra cultura, una niña que probablemente no va a ir de botellón y que en un futuro será una ciudadana productiva que pagará nuestras pensiones, una niña que obedece a su madre y a su padre, que son personas religiosas, como la mayoría de los mil quinientos millones de musulmanes que existen en el mundo. Y hete aquí que un neofascista de la Religión Atea le prohibe que vaya vestida según la tradición de su país.Un neofascista de la Religión Atea que desdichadamente los musulmanes consideran cristiana. No, Shaima, guapa: cristiano es Vicente Ferrer. El que te ha expulsado es uno de esos hombres que Sócrates describe como "los más locos de todos", por vivir"imbuídos de divinidad".Sr. Director de instituto o colegio de Girona, de cuyo nombre no quiero acordarme: como decía el otro, está usted más a la derecha que Atila el Huno. Me dan ganas de ponerme el velo a mí.Blanca Andreu (La Coruña)